Publicado el martes, 18 de diciembre de 2001 en El Nuevo Herald
JORGE LUIS ROMEU
Divagaciones desde el `Newseum'
JORGE LUIS ROMEU Syracuse -- El mes pasado asistí a la conferencia de los estadísticos federales, en Washington DC, ciudad de grandes monumentos como los de Lincoln y Jefferson, y de maravillosos museos como los de la Aeronáutica y el de Arte, que siempre visito con gusto e interés.
Mas esta vez descubrí el recientemente inaugurado Newseum, o ``museo de las noticias'', que se encuentra en Rosslyn, al otro lado de Georgetown, cruzando el río Potomac. Para aquéllos que llevamos algo de tinta de imprenta en la sangre, el Newseum es, a la vez, impactante y revelador.
Este museo, construido para ilustrar a los escolares sobre cómo se desenvuelve el mundo de las noticias, es impactante porque contiene desde una imprenta manual de madera, de comienzos del siglo XVII, hasta un miniestudio de televisión. Y es revelador, porque incluye fotografías y minibiografías de los grandes periodistas norteamericanos de todos los tiemos. Y porque exhibe, en su Parque de la Libertad elementos de aquellos eventos contemporáneos que han sido titulares en su día, como es un pedazo de la infame muralla de Berlín.
Para los cubanoamericanos es particularmente emocionante encontrar, entre los periodistas biografiados en su Hall de la Fama, a nuestro José Martí, quien fuera corresponsal en Nueva York de los mejores diarios latinoamericanos de su tiempo. Y entre los eventos contemporáneos, una pequeña lancha, construida con chapas soldadas y un motor de cortadora de hierba, que utilizó un balsero para llegar a Miami.
¡Qué cosa tan maravillosa y útil es la prensa escrita, radial, televisada y ahora por la internet! La historia demuestra cómo aquellos países que la ejercieron desde temprano (como EU, donde Benjamin Franklin fue impresor y redactor desde principios del siglo XVIII), salieron adelante. Y cómo aquéllos que no la desarrollaron, o la mantienen amordazada, como Afganistán, Corea o Cuba no acaban de progresar...
En Cuba, el Papel Periódico, contemporáneo de aquella otra gran institución, la Sociedad Económica, se imprimió en La Habana en 1791. El periodismo contribuyó decisivamente a nuestras luchas emancipadoras (Martí fue redactor de Patria). Y ya en la República, los diarios, fueran liberales (e.g. El Mundo) o conservadores (La Marina), siempre abrieron sus páginas a las mejores plumas, de izquierda o derecha, sin cortapisas. Aun los comunistas, que hoy persiguen a los periodistas independientes, publicaban el periódico Hoy y operaban la estación de radio 1010.
Existen al menos dos modelos de desarrollo periodístico. Y, sin ánimo de juicio, queremos examinar sus diferencias.
Tenemos el periodismo moderno, imperante en EU, que es altamente tecnificado. Con sus rotativas a color, sus noticias mundiales instantáneas, etc., que lo hacen tan costoso, requiere de grandes tiradas y de gran capital. Por eso vemos cada día menos periódicos (pero más grandes) en las ciudades, escritos por profesionales especializados, dedicados por completo a esta labor.
Y tenemos el periodismo tradicional, preponderante en Europa y Latinoamérica. Es técnicamente más atrasado y pequeño, pero su bajo costo le permite mantener la figura del ciudadano-periodista, quien considera un honor y un deber escribir en sus páginas y contribuir, con su participación, al libre intercambio de ideas...
Estos modelos reflejan (o son el reflejo) de las sociedades donde se desarrollan. Martí fue, eminentemente, periodista, como también lo fueron muchas de las grandes figuras de Iberoamérica: Rómulo, Bosch, Figueres, Lleras, Muñoz, Mañach --o ayer Mitre, Sarmiento, Ortega, Varona, Vasconcelos. Periodistas y maestros han sido nuestros más insignes líderes: soñadores o visionarios, pero siempre ligados a la sociedad de la que provienen a través de la prensa en la que escriben...
Modelos para una sociedad en la que los profesores universitarios, amén de impartir su ciencia desde la cátedra, la hacen accesible y comparten desde la columna, tribuna o el quehacer político. Recordamos con orgullo la Universidad del Aire y el Diario de Avance, por mencionar sólo dos de los mejores ejemplos de divulgación de la cultura y las ideas, por intelectuales comprometidos con el mejoramiento social...
Miami, crisol de razas y culturas, tan singular en muchos sentidos, mantiene una muy interesante simbiosis de ambos modelos: tradicional y moderno. Es evidente tanto en sus dos grandes periódicos en castellano, como en los intelectuales que en ellos escriben. Pero también en las instituciones y universidades que los valoran, apoyan y alientan y en el público que los lee, elementos imprescindibles para que este modelo mixto sea posible.
Y tal vez, ésta sea una de las características que hacen a Miami única en EU.
© El Nuevo Herald
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